jueves, 20 de enero de 2005

No es bueno que el hombre esté solo...

El Obispo de mi pueblo, ¡ el Obispo!, digo, hizo el otro día unas bondadosas declaraciones para explicar el papel de la mujer en la vida. Con el tonillo célebre de queridos hermanos..., el tipo vino a explicar que en aquel tiempo...Dios vio al hombre demasiado sólo y triste y pensó buscarle pareja para vivir y copular en paz. Pensó en algún animal, no sé, una perra, una gallina, un alacrán...nada, que no le salía, de pronto dijo, ya está: sustituyamos el animal por la mujer (que si me sale bien puede ser la ostia, debió pensar). Dicho y hecho, terminó diciendo el sotaneras.
Claro, no veas como se han puesto los del pueblo...paece que sa pasao el obispo...oí decir con la boca cerrada (aquí, aún se le tiene mucho respeto a los de largo).
A mí, estas afirmaciones, como que no me sorprenden. Uno ya está acostumbrado a escuchar barbaridades a estos tipos que aún buscan el beso en la muñeca. No, a mí lo que me sorprende es que las declaraciones las hizo el mismo día que llegaba un artilugio con patas a la luna saturnina Titán; por cierto, con el títere de buscar el órigen de la vida terrestre. ¿Cómo es posible, pregunto, que aún haya botarates (con cargo, ojo) que sigan inventando cuentos infantiles de éste y otros calibres para explicar nuestros orígenes?. ¿Se creéran, en su gilipollez, que somos gilipollas?. No, esto lo afirmo.
Tabla de Lavar Walton

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